Octava
ruta de la temporada. Nos adentramos en terrenos del país vecino, y todos
sabemos lo que eso quiere decir. El amigo Pepe Higinio nos quiere empezar a
probar y a preparar para las venideras rutas especiales cercanas.
Atravesamos
Elvas después de superar el primer escollo del día. Una subidita de un par de
kilómetros que hacía que las fuerzan empezaran a mermar. Poco a poco, y cada
uno a nuestro ritmo, íbamos superando las rampas hasta llegar a la primera
rotonda dirección Elvas.
Una
vez superada dicha localidad, cogemos la carretera nacional dirección Lisboa.
Ahora el viento era bastante más acentuado, y el frío no se nos iba del cuerpo.
A eso añadimos que al nublarse, la sensación térmica de frío aumentó. Realmente
ya habíamos entrado en calor con el esfuerzo que estábamos realizando.
Terminadas las subidas giramos a la izquierda para detenernos en la localidad portuguesa
de Villa Boim y avituallar.
Después
de unos 15 minutos de descanso, nos volvimos a poner en marcha para iniciar el
camino de vuelta. El viento cada vez era más intenso, con la suerte que al
transcurrir algunos kilómetros tuvimos que girar a la derecha en un cruce, y el
viento, a partir de este punto, nos daba a favor. Qué maravilla. Menudo
descanso para las piernas. Pusimos los platos para poder conseguir una buena
velocidad de crucero de unos 45 a 50 km/h.
Tanto que estuvimos ya durante todo el resto del trayecto de tertulia. Sin prácticamente esfuerzo, con la ayuda del viento, manteníamos la velocidad entre 32 y 35 Km/h.
Texto: Luis Carlos
Sánchez.
Fotografía: Luis Carlos
Sánchez y Rubén Sánchez.