Ruta a Trujillo-Guadalupe
29-30 de Septiembre 2018.
Este año con sinceridad, no me veía escribiendo sobre la
ruta. Tal vez, un poco por pereza, o porque no me sentía a priori muy
inspirado, al hecho siempre difícil de enfrentarte a un papel en blanco. Esta
idea mía, se acentuó aún más, con el desarrollo de los acontecimientos acaecidos durante nuestro camino hacia
Trujillo. Ya, después de finalizada la ruta, repensé la idea anterior y me pregunté a mi mismo. Jose, ¿Cómo vas a privar de tu verbo florido a esta
peña tan maja? ¡¡vamos anda!! Y aquí está este admirado vuestro (..) volviendo
a deleitaros con un relato, digno de las plumas más eruditas (??)
Hasta aquí la tontería. Ahora a lo que nos atañe.
A las 7.15 de una mañana fresquita, nos dimos cita en el sitio habitual (ese mítico buzón ) yo, y trece más (¡como anda mi ego!) ; venga va, yo el último. Se sumaron al grupo Geme, del Cicloclub Badajoz y otro chico de cuyo nombre si quiero acordarme,
Sebas y Jesús tuvieron la gentileza de acompañarnos hasta
Montijo. Se cambió el itinerario inicial, en lugar de ir dirección La Roca, se
optó por la carretera del canal en aras a nuestra integridad física, dada la
poca visibilidad a esa hora. La ruta hasta la parada para el desayuno, había
transcurrido con normalidad.
Sobre las 10:10 arribamos a La Nava de Santiago, donde nos
esperaba un desayuno suculento. Aquí se produjo un "desajuste" que
nos retrasó un cuarto de hora, ante la no llegada de Manolo el conductor, que
había perdido "las coordenadas" del bar Javier (creo que se llama así
).Dejamos atrás este pueblo con las
panzas repletas (más de lo aconsejable).¡¡el ansia viva!!
A partir de aquí,
todo empezaría a torcerse un poco. Nando comenzó a sentirse mal con
problemas estomacales, que lo llevaría a bajarse de la bici en el último tramo
de la ruta. Con bastante retraso, la furgo nos adelantó para apostarse cerca del Cruce de las Herrerías, para las fotos de rigor. Ya no volvimos a
verla hasta bien pasado Ibahernando. que hizo que los ciclistas quedásemos sin
ningún tipo de avituallamiento
y desprotegidos ante cualquier eventualidad. Todo lo que iba mal, podía
ir a peor. Pepe y Antonio desandando el camino muchos kms. hasta la furgoneta
averiada, y el resto seguimos otros tantos
hasta Almoharín. En ese pueblo acordamos juntarnos todos. Ante la
tardanza en llegar la furgoneta, decidimos los avanzados seguir adelante para
no perder más tiempo. Otros quince minutos perdimos en la espera. El calor
apretaba y la incredulidad iba en aumento, ante lo surrealista de la situación. Dentro de los últimos
quince kms. de nuestra llegada a Trujillo, nos alcanzó por fin la furgoneta, y
Deme también tuvo que abandonar por problemas físicos. El caso es que este
primer día, acabó "como el rosario de la Aurora",
El causante, una inoportuna avería
podíamos afirmar, que este primer día acabaríamos pidiendo
la hora, siguiendo el símil futbolístico. Sobre las 15:10 H todos juntos
llegamos a Trujillo, tras haber recorrido 156 km, y con más sed que un perro.
Las horas en la cuna de Pizarro transcurrieron tranquilas,
intentando aprovechar para descansar y disfrutar de esta hermosa ciudad. Durante
la tarde sumamos un nuevo miembro a la expedición, Juan acompañado de su nueva
montura roja.
Ruta Trujillo- Guadalupe 30/9/2018
Después del descanso tras el duro esfuerzo del día anterior,
todo presto para otra jornada dura, la cita en el comedor a las 7:15 H. para el desayuno. Creo, que en el ánimo de muchos había la esperanza
de que esta jornada de ciclismo,
se desarrollase con más normalidad que la anterior. Tras el
desayuno, todos a la foto en el lugar habitual.
Así, a las ocho
comenzamos a rodar con el ánimo de presentarle cara a una orografía difícil. Después
de unos kms. con un terreno asequible,
giramos a la izquierda en
dirección a Herguijuela. Las cuestas serían las protagonistas a partir de
ahora, pasamos en este tramo de 564 m
hasta los 1602 m. La muchachada ascendía cada uno como podía. Resaltar, el comportamiento solidario de Geme, siempre
ayudando a los más rezagados. Pasado este primer tramo, bajada hacia Conquista.
Esta sería la tónica ya del resto de la
ruta. Avanzando en nuestro periplo montañero García, sería el siguiente
destino. Llegados a este punto aun nos quedaría un tramo de 23 km, camino de la
tierra del cantautor
Luis Pastor. Berzocana,
lugar señalado para la parada para el café, después de superar una fuerte rampa de subida al pueblo. En el discurrir de toda esta ruta, el conductor -fotógrafo Manolo (2×1) sufrió una metamorfosis en forma de hiperactividad. Parada del furgón, trípode al canto o cámara en ristre (y llave de contacto al bolsillo) iba disparando instantáneas a la velocidad del rayo. Después de esta merecida parada, aún nos quedaría un tercio de nuestra cabalgada hacia Guadalupe. Famoso por sus buenos caldos, sería el siguiente destino, Cañamero, adonde llegamos tras una bajada para disfrutar. A partir de aquí, nos quedaba una última gran dificultad. El cruce de Puertollano. Hasta alcanzar esa cota, hay que superar una subida continua de unos cuatro kms bastante exigente que pone al límite las fuerzas de los ciclistas. Llegados a este cruce de caminos toca reagruparse, y reponer líquidos. El único pinchazo de toda la ruta se produjo en ese punto, y le tocó a la maquina de Fernando Cordón. Bajada hasta la rotonda, giro a la izquierda y 1.5 km de subida rematadora hasta el pueblo, donde hacemos entrada triunfal, encabezados por Juan, con su bonita bici roja sobre las 13 H. Lo siguiente, como todos los años....fotos, ducha , comida (en el Parador).Dando por finalizada esta ruta a Guadalupe. Hasta aquí, nuestro periplo ciclista por tierras trujillanas y la bella comarca de Las Villuercas. A destacar, los bellos parajes, y el buen clima entre todos los miembros de esta expedición. Nadie a dado ninguna nota discordante, la verdad da gusto convivir en un grupo tan armonioso.
lugar señalado para la parada para el café, después de superar una fuerte rampa de subida al pueblo. En el discurrir de toda esta ruta, el conductor -fotógrafo Manolo (2×1) sufrió una metamorfosis en forma de hiperactividad. Parada del furgón, trípode al canto o cámara en ristre (y llave de contacto al bolsillo) iba disparando instantáneas a la velocidad del rayo. Después de esta merecida parada, aún nos quedaría un tercio de nuestra cabalgada hacia Guadalupe. Famoso por sus buenos caldos, sería el siguiente destino, Cañamero, adonde llegamos tras una bajada para disfrutar. A partir de aquí, nos quedaba una última gran dificultad. El cruce de Puertollano. Hasta alcanzar esa cota, hay que superar una subida continua de unos cuatro kms bastante exigente que pone al límite las fuerzas de los ciclistas. Llegados a este cruce de caminos toca reagruparse, y reponer líquidos. El único pinchazo de toda la ruta se produjo en ese punto, y le tocó a la maquina de Fernando Cordón. Bajada hasta la rotonda, giro a la izquierda y 1.5 km de subida rematadora hasta el pueblo, donde hacemos entrada triunfal, encabezados por Juan, con su bonita bici roja sobre las 13 H. Lo siguiente, como todos los años....fotos, ducha , comida (en el Parador).Dando por finalizada esta ruta a Guadalupe. Hasta aquí, nuestro periplo ciclista por tierras trujillanas y la bella comarca de Las Villuercas. A destacar, los bellos parajes, y el buen clima entre todos los miembros de esta expedición. Nadie a dado ninguna nota discordante, la verdad da gusto convivir en un grupo tan armonioso.
Recuerdo a los que no pudieron venir este año y en especial a J.Luis.
Agradecimiento a la directiva por la gran organización, a Pepe como capo del grupo (joe, te he
llamado narco).También quiero dar las gracias a Manolo el conductor.
Hasta el próximo año,
Ciao.
Texto de: José Leal Benavides
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