Amanece
nublado. El día pinta malo, y la decisión de salir a hacer unos kilómetros o no
depende de unos pocos minutos. ¿Qué hago, me arriesgo a darme un chapuzón, o me
quedo en casa amargado y arrepintiéndome todo el día de por qué no habré salido?.
Al final tomo la decisión de arriesgarme y salir, y como yo otros doce
compañeros de fatigas.
Como
siempre, la mayoría nos juntamos en el punto de encuentro habitual, y después
de esperar los cinco minutitos de cortesía, nos ponemos en marcha.
En principio,
el poco aire que soplaba nos daba a favor, por lo que se rodaba muy
cómodamente. Aún así, y a diferencia de la jornada anterior, comenzamos muy
tranquilos, de tertulia con los amigos y sin muchas ganas de darnos caña. ¿Sería
porque nos olíamos que el viento nos iba
a dar bien al regreso?. Posiblemente. Debido al ritmo tranquilo inicial,
dos compañeros de los que nos estaban esperando, Nando y otro amigo, que no
tengo el placer de conocer, deciden aprovechar el aire a favor, y optan por irse por su cuenta.
Pasamos por el
cruce de La Albuera, y parece que estamos un poco más organizados manteniendo
una velocidad más adecuada. Culpa del aumento de la velocidad, en gran parte es
por el trabajo realizado por Ángel Masero. Y es que cada vez que nos acompaña
revuelve el charco, dándole vidilla al club. Aunque hay veces que hay que
pararle los pies. Desde que lleva haciendo su pretemporada por tierras
lusitanas, no hay quien le moje la oreja.
Llegamos al
cruce de los Entrines. Giramos a la izquierda, y la alegría del viento a favor
cambió. Ahora nos da de costado, y aunque todavía no es muy fuerte, la
tendencia era a ir aumentando con el paso de las horas. No obstante, y aunque
el viento ha cambiado, mantenemos el mismo ritmo que llevábamos hasta entonces.
Cada uno pone su granito de arena apareciendo por las posiciones de cabeza para
dar descanso a los demás compañeros con sus relevos.
Por fin
llegamos a la localidad de Corte de Peleas. Lugar de avituallamiento, y que nos
trae malos recuerdos por la caída sufrida hace dos temporadas por nuestro
presidente Antonio Núñez, la cual le costó todo un año de recuperación, por su
lesión en la cadera y cabeza del fémur, por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.
Gracias a Dios eso ya es agua pasada, pero nos vale para recordar, que toda
prudencia es poca, y Antonio no es precisamente de los imprudentes, pero una
mala trazada al afrontar un resalto de velocidad mal señalizado le llevó a dar
con los huesos en el suelo. Nunca mejor dicho. Y no es que fuera muy rápido, al
contrario, iba casi parado. Pero dicen que las caídas a poca velocidad, muchas
veces son más peligrosas que cuando vas más rápido.
15 minutillos
de cambio de líquidos y petroleados, y continuamos con la ruta. Ya quedaban
menos kilómetros, pero iban a se los más duros, porque el viento seguía en
aumento.
Giramos en el
cruce de Alvarado dirección a Talavera, para sorpresa de Manolo Expósito, que
pensaba que ya íbamos directos por la carretera de Alvarado hasta Badajoz. No siendo
así.
De nuevo Ángel
Masero junto con Benito Parra, recorrieron bastantes kilómetros en cabeza para
ir marcando el ritmo y para cortar el viento al resto del pelotón. Los demás
empezamos a colaborar como podíamos dando los relevos oportunos. Paco Vila,
Pepe Higinio, Miguel y el que suscribe íbamos pasando cada cierta distancia
para quitar el aire.
Llegamos a
Talavera, y decidimos ir por el canal. Sebas se puso en cabeza para colaborar.
También Fernando Nacarino, hermanos Silva y demás unidades. Poco a poco iban
pasando los kilómetros, pero ahora sí que llevábamos el viento en contra.
Afrontábamos
las rotondas de entrada a Badajoz, cuando eran aproximadamente las 13:10, y
cuando pasamos a la altura de San Roque, el olor de sardinas asadas procedente
del entierro de la sardina, la cual pone punto y final al carnaval, era
palpable. Teniendo en cuenta el desgaste que llevábamos, con dicho olor se nos
abrió el apetito, pero ya estábamos deseando llegar a casa, para ducha, comida
y pasar la tarde en el sofá con las piernas en alto y el mando de la tv en el
pecho.
Jornada un
poco más dura que otras por mediación del viento, pero tranquila y sin
incidentes. Ya esperando al próximo fin de semana, y esperar que el tiempo nos
acompañe y nos respete. Hasta entonces feliz semana a todos y hasta la próxima
ruta.
Texto y fotografía: Luis Carlos
Sánchez.
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