Bueno, primera ruta fuerte de la temporada. 100 kilómetros bien despachados y muy completitos. Rompepiernas y con viento para castigar un poco más las piernas.
Empezamos la ruta con muchas ganas y a un ritmo bueno pero llevadero. En el momento que nos acercábamos a Campomaior el ritmo fue incrementándose para provocar cortes en el seno del grupo. Una vez alcanzada la localidad hubo reagrupamiento para seguir afrontando la ruta lo más compacto posible con el fin de sobrellevar mejor el viento que soplaba no excesivamente fuerte , pero molestando lo suficiente.
Doble pinchazo de Parra en su estreno de ruedas. Dicha circunstancia provocó el incremento del ritmo para poder recuperar el tiempo perdido, lo que conllevó a la nueva ruptura del grupo. Se dividió en dos con algunas unidades disgregadas por medio.
Repechos no muy duros pero sí contínuos que iban mermando las fuerzas.
Por fin llegamos al cruce con la carretera de Alburquerque y algunos paramos para reponer fuerzas y vitaminas. Otros, imaginandose lo que se avecinaba siguieron para ir a un ritmo más cómodo como el caso de Parra y Fernando Cordón.
El regreso con viento a favor dicurrió con un ritmo trepidante. La puntilla, el puerto de los conejeros, con las piernas frías después del avituallamiento a más de uno se nos atragantó, y para colmo el ritmo cada vez más fuerte. Una vez superado el puerto nos pusimos a rodar a velocidades de 45 a 50 kms/h. Las locomotoras que tiraban en cabeza ya las conocéis. Un tal Mero y el fichaje del año pasado, Alfonso. Están que se salen y a los demás nos llevan con la lengua arrastrando.
Por fin llegamos a Badajoz. El olor a sardina era palpable en el ambiente. Hay que recordar que era el día del entierro de la sardina y en las calles había mucho movimiento carnavalero.
Luis Carlos Sánchez.
Muy buena crónica.
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